30 de abril de 2013

El día en que empezó todo

Mudanza

Años ha costado escribir esta entrada. Años tomar una decisión que hubiese sido mucho más necesaria hace tiempo. Esa estúpida manía de mantener un rastro de migas de pan, o de un finísimo hilo de seda con vete tú a saber qué esperanza... desaparecer ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida virtual.
Y hoy, con la experiencia que dan los años me doy cuenta de la poca importancia que tiene. Me temo que será otra de esas decisiones trascendentales para uno mismo, inapreciables para el mundo. Aún así, siento un gran alivio, para qué negarlo.
¿Por qué no lo hice hasta ahora? pues no lo se. Tal vez por mantener una (estúpida?) tradición que nació hace muchos años ya, no soy amiga de cambios. Y fíjate, sin embargo, poco o nada ha cambiado de una hora para acá. Ahí están todas las palabras, la rabia y las alegrías sólo han cambiado de nombre. Poco a poco invitaré a más gente a mi casa. [EDITADO].
Hoy preparo una taza de café y un cigarro. Para mi sola. Tengo muchas cosas en las que pensar, muchas reflexiones por hacer y un laaaargo periodo de desintoxicación.
Algunos sabrán perdonarme, otros tal vez no lo harán nunca. Y otros, esos por los que he tomado esta decisión... me importan un pito.
Llegó el momento de pintar la casa, hacer una limpieza a fondo y tal vez alguna reforma.
¿La vida puede ser maravillosa? Ver veremos.

3 comentarios:

  1. Cada vez son más los que me importan un pito.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta tu nuevo hogar. "Los que no importan un pito" siempre aparecen aquí y allá, es inevitable toparte con ellos, lo importante es que mantengas tu mantengas limpia tu casa.

    ResponderEliminar
  3. Toro, ole!
    Eva, muchas gracias.
    Arrancamos!
    Besos

    ResponderEliminar