Dejadme llorar, porque de alguna manera he de limpiar mi casa,
dejadme llorar, porque no hay medicina que sane todo esto,
dejadme llorar para arrasar las cosas que quedan, que no son nada.
Dejadme llorar mil horas, o tres días no más.
Dejadme llorar, dejadme.
Que no hay agua más pura que el llanto.
Llora, linda. Llora.
ResponderEliminarLlora si es lo que quieres.
Un beso
Uff, uff.
ResponderEliminarRespira.
Besos.
Lágrimas purificadoras que sanan el alma.
ResponderEliminarBesos.
Piquina, no es que quiera, es que es necesario!
ResponderEliminarUn beso
Sue, sí. Un beso grande
ResponderEliminarToro, así es. De vez en cuando hay que llorar hasta inundar.
ResponderEliminarBesos
Llorar es la mejor válvula de escape para el corazón oprimido.
ResponderEliminarEspero que tantas lágrimas no te impidan ver este cielo azul, azul de noviembre.
Un abrazo
Sí que lo es, Jota.
ResponderEliminarUn beso
Y una vez que ya está limpio el corazón hay que sonreír porque todo en esta vida es necesario para el alma.
ResponderEliminarNoelia, y sobre el corazón limpio es más fácil sonreir :)
ResponderEliminarUn beso!
El llanto es la necesaria lluvia que ha de regarnos en ocasiones, para que germinen nuevas semillas enterradas en el alma.
ResponderEliminarNecesaria, efectivamente César.
ResponderEliminarBesos