20 de septiembre de 2013

Y me temo que nunca lo harás

Nunca te has fijado en el camino de lunares que recorre mi brazo. El izquierdo.
Ni en las cicatrices de la piel.
No te has fijado en las manchas de mi ojo sobre el verde claro.
Tampoco en cómo te miro cuando estás concentrado, o en cómo se me acelera la respiración al acercarte.
No conoces más miedos que los que te muestro a cuentagotas. Ni la frustración. La mía.
No puedes identificar mi olor en cada estación del año. Siempre cambia, cuatro veces entre enero y diciembre.
Nunca te has fijado en cómo miro por la ventana cuando preparo el café del fin de semana, ni la forma en la que me envuelvo en una manta haciendo ovillo. No lo has visto. Nunca.
Cómo deslizo el pelo detrás de la oreja o sujeto el libro entre las manos. Cómo escribo la P mayúscula o el orden en el que afino las cuerdas de la guitarra. Lo que me gustan tus manos, oler la crema o buscar señales. Cómo persigo nubes y guardo tesoros en una caja. Acaricio tejidos y persigo historias.
Cómo intento una y otra vez que te fijes. Que lo veas. Que me apruebes. 
No te has fijado.
Nunca.

8 comentarios:

  1. Imagina por un instante que tal vez exista alguien que sí ha visto todo eso y mucho más y que probablemente no te hayas dando cuenta que estaba ahí, observando esos pequeños detalles que te definen.

    Ay! Por qué será que nunca miramos en la dirección correcta.

    ResponderEliminar
  2. Estoy muy contenta por haber encontrado este blog y con un poco de rabia por no haber conocido hasta ahora la casa vieja. De todas maneras, estoy a tiempo, afortunadamente, de ir leyendo poco a poco.
    Aunque también he de decirte, Miss Lund, que tengo que administrar las lecturas, porque algunas (me) duelen.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Noelia, nunca lo hacemos, es cierto...
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Belén, me alegro muchísimo. Bienvenida a tu casa, ponte cómoda, tómate algo.
    Sobre administrar las lecturas... algunas (muchas) también dolieron al salir.
    Besos!

    ResponderEliminar
  5. Duele tan poco interés...
    Que triste.

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. ... y entonces Toro dejó de ser una piedra :)
    Un beso!

    ResponderEliminar